domingo, 24 de noviembre de 2013

LIBERARSE DE LAS CARGAS EMOCIONALES






 

LIBERARSE DE LAS CARGAS EMOCIONALES

Muchas personas vienen a consulta aquejadas de estréss, insatisfacciones, decepciones, dificultades, que al no ser solucionadas o sobrellevadas a tiempo desembocan en angustia, depresiones, en suma, en estados de gran sufrimiento.
En ocasiones, la persona no sabe cómo llegó hasta ahí, aparentemente no le ocurre nada, sólo lo “normal”, como a todo el mundo. Sin embargo lleva una pesada carga, que con el tiempo es más difícil de llevar, siendo necesario vaciarla. Llevar lo justo para el camino. Este camino que es la vida.

¿Alguna vez te has planteado si te gusta la vida que llevas: el trabajo, la pareja, la relación con los hijos, el día a día?
La vida no viene determinada por decisiones del pasado, aunque éstas marcan unos límites y condiciones. Es  una gran escuela, un constante aprendizaje, donde se aprenden unas cosas y se desaprenden otras.
Con una postura abierta y flexible te adaptas mejor a las circunstancias, sacas provecho a las oportunidades. Sin embargo con una postura rígida y cerrada, se sigue cayendo siempre en los mismos errores, las mismas ideas y prejuicios. Y la mochila sigue llenándose.

Quizás aprendiste de  pequeño que había que evitar los conflictos con los demás, llevarse bien con todo el mundo, pasar desapercibido. Puede que te funcionara durante un tiempo, pero a la larga eso te trajo más conflictos, con los demás y contigo mismo.
Puede que te enseñaran a aspirar a la perfección, a que evitaras que te cogieran en un fallo. Con el tiempo la vida te va mostrando que eso no es posible. Además el perfeccionismo causa mucho sufrimiento.

A lo mejor crees, que una vez iniciado un camino, ya no hay vuelta atrás, que hay que seguir aunque no te guste. Sin embargo, siempre hay opciones.
Cuando no hay opciones, cuando algo es inevitable (por ejemplo, la muerte), hay varias maneras de enfocarlo, varias actitudes que se pueden tomar. La mejor es la aceptación y la búsqueda del mayor bienestar posible.

Con los años, las cargas emocionales son más difíciles de llevar, y aunque aparentemente te hayas acostumbrado, no naciste para eso, no naciste para sufrir. Naciste para ser feliz, es decir, aunque la vida no es perfecta, y tiene sus malos momentos, se puede buscar un mayor acuerdo entre lo que tienes y lo que quieres, entre tus posibilidades y tus sueños. Con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra, pero nunca conformarse con llevar una vida a medias, sino seguir avanzando para ser lo más feliz posible.

 Inocencia Castellano Herrera
 inocaster@gmail.com