TRASTORNOS DE
ANSIEDAD (3ª PARTE)
Seguimos hablando de estos trastornos. Hoy veremos los tres
que nos faltan: el trastorno de estrés postraumático, el trastorno de pánico
con o sin agorafobia y el trastorno obsesivo compulsivo.
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El trastorno de
estrés postraumático se desarrolla como resultado de un trauma que ha
vivido la persona, en una situación en que ha estado en peligro su integridad
física o ha presenciado a otras personas en peligro. Por ejemplo: víctimas de
terremotos u otro tipo de desastres naturales, de atracos, agresiones físicas,
violaciones, abusos sexuales en la infancia, guerras, malos tratos continuados
por parte de la pareja,…
No todas las personas que viven
estas situaciones desarrollan el trastorno, algunas, aunque lo hayan pasado muy
mal, lo superan y hacen una vida normal.
Sin embargo, las personas que
desarrollan este trastorno, viven en estado de ansiedad, hipervigilantes, con
miedo, dejando de hacer cosas, tienen trastornos del sueño y se le vienen a la
cabeza imágenes repentinas sobre la situación traumática ( flashbacks),
volviéndola a revivir.
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El trastorno de
pánico se desarrolla tras sufrir varios ataques de pánico, consistentes en
una ansiedad muy intensa. Puede tener palpitaciones, sensación de ahogo, calor,
frío, mareos; la persona se suele asustar y creer que le va a dar un ataque al
corazón, que se va a volver loco, o que
va a perder el control.
Tras sufrir varios episodios, la
persona va entrando en un círculo vicioso, en que al menor síntoma de ansiedad,
se asusta y sufre un ataque.
Con el tiempo, muchos desarrollan
agorafobia que consiste en la evitación de situaciones donde cree que le puede
dar un ataque de pánico y ser embarazoso o no poder pedir ayuda. Las
situaciones típicas son supermercados, centros comerciales, calles, sitios
donde hay mucha gente, e incluso salir de
casa, llegando en algunos casos a vivir encerrados por este problema.
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El trastorno
obsesivo compulsivo consiste en la aparición de pensamientos obsesivos,
normalmente desagradables, que producen gran ansiedad y que la persona que lo
sufre intenta aliviarse a través de una conducta estereotipada, a la que
llamamos compulsiones. Ejemplos son: los lavadores compulsivos, comprobadores,
contadores, supersticiosos, etc.
Los lavadores tienen el
pensamiento y el temor de que se van a contaminar y ensuciar. Por ello se lavan
constantemente, de una forma exagerada, por ejemplo, 20 o 30 veces al día.
Los comprobadores tienen que
comprobar varias veces las cosas. Por ejemplo: si apagó las luces, cerró las
puertas,… No bastándole una vez, sino varias.
Estas compulsiones: lavarse,
comprobar, contar,… son rituales que necesitan hacer, interfiriendo en su vida
cotidiana y creándoles problemas en su relación con los demás.
Hay un tipo de obsesión que no se traduce en una conducta observable,
es la obsesión de hacer daño a otros o a sí mismo.
En estos casos la persona piensa
que va a matar o agredir a un ser querido o a otra persona, sintiéndose luego
muy mal, con una gran ansiedad y culpa. Y no entendiendo para nada el porqué
piensa en esto cuando es una persona pacífica y realmente no quiere hacer daño
a los demás.
Todos estos trastornos que hemos
visto son trastornos de ansiedad. Si son muy intensos y condicionan mucho la
vida, además pueden desembocar en una depresión. Es importante tratarlos con
una psicoterapia, pues si no, se cronifican y quitan calidad de vida a la
persona. Los fármacos pueden ayudar en algunos casos a aliviar los síntomas,
pero no son suficientes.
La psicoterapia consiste en que la persona conozca en profundidad su
trastorno, en qué consiste, a qué le tiene miedo, qué le produce ansiedad.
Para en un segundo momento,
aprender estrategias de manejo de la ansiedad. Y gradualmente, poco a poco, con
la ayuda del psicólogo, ir aprendiendo otras formas de enfrentarse a las
situaciones temidas, consiguiendo con ello aumentar la confianza y seguridad en
sí mismo.
Con el tiempo, la ansiedad va
desapareciendo o reduciéndose a un nivel mínimo y manejable para la persona.
Inocencia Castellano Herrera
Psicóloga
Psicóloga
inocaster@gmail.com