lunes, 13 de enero de 2014

LA ADICCIÓN A LAS COMPRAS




 

LA ADICCIÓN A LAS COMPRAS
Antes se hablaba del alcohol y las drogas como las grandes adicciones, si no las únicas.
Hoy sabemos que existen otro tipo de adicciones, sin sustancias: al juego, al trabajo, al sexo, a las relaciones, internet, a las compras…
Vamos a hablar de ésta última.
La persona adicta a las compras está fascinada por las tiendas y las grandes superficies: las compras repetidas e incontroladas desequilibrarán un día y otro su presupuesto y pondrán en peligro su vida familiar.
Los sitios de venta, sean cuales sean ejercen en los compradores un encanto específico. Centros comerciales, tiendas de ropa, lencería, zapatos, librerías, aparatos electrónicos..
Algunos utilizan los avances tecnológicos para comprar. No se trata de la telecompra, cuya lentitud no permite las locuras, sino de las compras por internet donde todo puede ser adquirido al instante: objetos, vestidos, libros, viajes. Y donde abundan las subastas. También es facilitado por el anonimato.
Los compradores compulsivos no se sacian jamás. Viven la excitación del momento, pasando pronto a la decepción.
Esta ilusión es muy persistente e irracional, ya que los objetos pronto son olvidados tras su adquisición, la persona suele tener dificultades financieras, conflictos con las personas cercanas.
La mayoría de estas personas detestan los objetos que han comprado sin reflexionar. Los esconden, los tiran, los dan, tratan a menudo de revender los vestidos o aparatos que no necesitan. Suelen tener sentimientos de culpa o vergüenza, a veces ocultos tras los pensamientos:”Yo soy así”, “Me lo puedo permitir”. Pero este autoengaño no se puede sostener durante mucho tiempo.
Es importante distinguir la adicción a las compras de las compras excesivas o de un día aislado de abuso de esta conducta. El impulso de comprar un objeto inútil o la excitación de un día de compras es una experiencia frecuente y normal (por lo menos en nuestra sociedad).
La patología, el trastorno, aparece cuando comprar se convierte en una obsesión, produce excitación al realizarla y malestar si no se realiza, desencadena un auténtico síndrome de abstinencia y falta de control, con consecuencias financieras, familiares y sociales de tipo negativo, muy semejantes a los efectos de otras adicciones como por ejemplo, el juego patológico, donde interviene también el empleo del dinero.
¿Cómo superar este trastorno?
Los hábitos, al igual que las adicciones, son conductas repetidas muchas veces, difíciles de erradicar salvo de una forma voluntaria, con conocimiento, esfuerzo, y la mayoría de las veces con ayuda. En este caso, con la ayuda de un profesional de la Psicología.
Para combatir este problema, hay que tener en cuenta una serie de factores:
-          Ver cuáles son los desencadenantes: estados internos como tristeza, rabia, soledad; estímulos externos como la publicidad, escaparates, rebajas; situaciones particulares como una discusión, un conflicto…
-          Ver cuáles son los pensamientos y creencias erróneas alrededor del hecho de comprar. Adquirir estatus, ser más atractivo-a, ser más feliz, hacer más amigos-as, parecerse a algún ídolo.                                                                                                                            Muchas de estas creencias son inconscientes y difíciles de admitir por lo irracionales que son, pero escarbando un poco en los pensamientos, aparecen con toda su fuerza.
Por otro lado, las conductas vienen a satisfacer una serie de necesidades ó a suplirlas por otras creadas artificialmente. Siendo necesario satisfacer las necesidades primarias, nucleares y encauzarlas de una forma sana, equilibrada, que produzca bienestar.
De esta forma, es necesario:
      -Aprender a relacionarse con los demás de una forma más eficaz y satisfactoria, aprender a decir que no, saber reclamar los derechos, tener relaciones positivas.
      -Buscar el equilibrio entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio. Una vida estresante, basada sólo en obligaciones crea un buen caldo de cultivo para las adicciones.
      -Cuidarse físicamente
      -Tener momentos de soledad y quietud, contacto con la naturaleza, actividad física.
En suma, una vida completa, con intereses variados, es decir, a la medida humana.

Inocencia Castellano Herrera
psicóloga- psicoterapeuta
inocaster@gmail.com



viernes, 3 de enero de 2014

UN NUEVO AÑO, UN NUEVO COMIENZO




UN NUEVO AÑO, UN NUEVO COMIENZO.
La vida es un continuo, siempre está fluyendo. Aunque hay en ella momentos de cambio importantes que nos hacen sentirla como una sucesión de etapas muy marcadas. Niñez, adolescencia, juventud, trabajo, pareja, hijos… Pasado, presente, futuro…

Hay varias maneras de analizar nuestra vida, de percibirla con nuestra mente humana.
Lo mismo ocurre con este paso de un año a otro, en que da la sensación de que acabamos algo y empezamos otra cosa.
Aunque es pura ilusión, una convención humana que cada uno de Enero parezca un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, los seres humanos somos así. Regidos por nuestras ilusiones, nuestros conceptos y nuestra interpretación de la realidad.

Con nuestra mente, analizamos nuestra historia particular a través de los recuerdos, los cuales seleccionamos según nuestra manera de pensar.
Así podemos contarnos a nosotros mismos una “realidad” u otra. Por ejemplo, que hemos nacido en una familia concreta, con unos padres, unos hermanos, unas circunstancias socioeconómicas, fuimos a una escuela, nuestros padres nos educaron de una determinada forma, tuvimos amigos-as y juegos, aspiraciones, temores…
Y esto nos lo podemos contar de una forma positiva o negativa. Si bien es cierto, que hay familias más alentadoras, que dejan una huella muy positiva, y hay otras más castradoras que dejan un sabor amargo, también es cierto que por nuestro propio bien, podemos elegir los recuerdos y darles una interpretación u otra.

Podemos ver a nuestra familia como la causa de nuestros males, inseguridades y fracasos o como la que nos dio la vida y a pesar de sus limitaciones tiene mucho que ver con nuestras buenas cualidades y el haber llegado hasta aquí.

Podemos seguir siendo niños inmaduros y rencorosos, enfadados con las circunstancias que nos tocó vivir, o adultos responsables de nuestra vida, agradecidos por las oportunidades que tuvimos, y comprensivos con las limitaciones que nos tocaron.
En este nuevo año que comienza, sea éste realmente una nueva etapa y al mismo tiempo una continuación de nuestro estar en el mundo, podemos mirar el pasado en actitud de aprendizaje, de gratitud. Podemos mirar el futuro con responsabilidad sabiendo que hay cosas que no están en nuestras manos, pero muchas sí lo están. Y que aunque limitados, los seres humanos gozamos de una gran libertad y ahí está nuestra grandeza. Podemos vivir el presente, disfrutando de cada momento, no lamentándonos por lo que no es, sino aceptando lo que es, abriendo los ojos a las cosas sencillas del día a día. Siendo conscientes de nuestro papel en el mundo, de las diversas posibilidades que se nos ofrecen cada día
 En suma, siendo artífices de nuestra vida.

¡Feliz año nuevo!

Que el año 2014 te sea favorable.

Inocencia Castellano Herrera
inocaster@gmail.com