SER AMABLE
CON UNO MISMO
A
lo largo de la vida, por muy bien que te vaya, siempre habrá momentos de dolor, de sufrimiento, en que las
cosas no te salen como a ti te gustaría.
En
esos momentos es muy importante la actitud que tengas contigo mismo.
Hay
varios errores de pensamiento que
pueden ocurrir en ese tipo de ocasiones:
“¿Por
qué a mí?”; (en vez de “¿y por qué no?”)
“Todo
me sale mal”; (en vez de “muchas cosas me salen bien”)
“No
valgo para nada”; (en vez de “valgo para
muchas cosas”)
“Soy
peor que los demás”; (en vez de “soy
igual que los demás”)
Etc
Si
tenemos en cuenta una serie de características de la especie humana, nos
daremos cuenta de la base del error.
-
Todos los seres humanos somos
imperfectos. Por lo tanto, nos equivocamos muchas veces. Y es en esos momentos
cuando podemos aprender de esos errores, y si es muy difícil cambiarlos, por lo
menos aceptar que son así porque formamos parte de la humanidad.
-
Por otro lado, los seres humanos
tenemos más cosas en común entre nosotros que diferencias. Si lo tenemos en
cuenta, nos sentiremos menos solos, menos víctimas, menos asilados en el
padecimiento de estas frustraciones y contratiempos. Eso nos hace cambiar la
perspectiva y vivirlo de otra manera.
-
Además la persona tiene múltiples
facetas en su vida, diferentes momentos y aunque le vaya mal en una cosa, no
hay que absolutizar (“todo”, “nada”, son términos absolutos e irreales, son
generalizaciones). No hay que invalidar el resto de cosas que sí le salen bien,
que son satisfactorias.
-
También está la variabilidad de los
factores que influyen en la persona y en sus actuaciones: factores
hereditarios, experiencias tempranas, educación recibida de los padres,
traumas, etapas de la vida, talentos y limitaciones.
No
podemos controlar todo lo que ocurre en nuestra vida, lo que sí podemos hacer
es aprender a controlar el impacto que nos producen las cosas, la
interpretación que le damos.
Todas
las personas tenemos un implacable crítico
interior, que si bien es necesario, pues nos ayuda a mejorar, a superarnos,
a cambiar actuaciones que no se adecúan a nuestros propósitos, a nuestros
principios; en algunos momentos puede llegar a ser un verdadero tirano.
Entonces en esos momentos, el enemigo está dentro de uno.
Nos
dice:
“No
haces nada bien”
“Fíjate,
los otros son mejores”
“Siempre
te has equivocado en esto”
“Eres
despreciable”
“Nunca
te van a querer”
Etc.
Son
una serie de ideas autodestructivas que llevan a la persona a un estado de
desasosiego y sufrimiento innecesario, y que por supuesto no la ayudan a
mejorar. “La letra con sangre no entra”.
Es
necesario aprender a ser amable con uno
mismo.
Ante
los fracasos y contratiempos, decirte: “Lo haré mejor otra vez y si no puedo,
por lo menos lo he intentado”
“Soy
un ser valioso, no perfecto”
“Pobrecito,
he sufrido un traspiés, me voy a mimar
para superarlo mejor”
“Merezco
ser feliz”
En
estos momentos es cuando necesitas ser tu mejor amigo, y tratarte como lo
harías con una persona a la que quieres: la valoras, la aceptas como es y la
consuelas cuando lo necesita.
Es
el momento de desoir al crítico interior, de frenarlo, pararle los pies.
Te
puedes mimar con muchos gestos: Te abrazas, haces algo que te guste, llamas a
un amigo, te exiges menos hasta que estés mejor, en fin, te quieres.
Y
el resultado es que te consuelas, te alivias, tienes mejor estado de ánimo para
seguir disfrutando de la vida y afrontando las dificultades con fuerza y
confianza en ti mismo.
Inocencia Castellano Herrera
Psicóloga-psicoterapeuta
inocaster@gmail.com
S/C de la Palma
922416896
No hay comentarios :
Publicar un comentario