jueves, 22 de agosto de 2013

LA NECESIDAD DE DIVERTIRNOS





LA NECESIDAD DE DIVERTIRNOS
Cuando nos hacemos adultos, nos hacemos responsables de nuestra vida, del sustento diario, la solución de problemas, la toma de decisiones, los compromisos, elegir unas cosas y desechar otras.
Y aunque todo esto es maravilloso, una conquista de la edad, un rasgo de nuestra libertad, lo cierto es que muchas veces lo que es necesario, se convierte en absorbente y excluyente de otras facetas necesarias también. Hablo de la “necesidad de divertirnos”.
Así, a consulta vienen muchas personas aquejadas de problemas que las hacen sufrir, y cuando investigas un poco resulta que en su vida ha quedado desterrada la diversión hace mucho tiempo. Y así, ¿quieren seguir funcionando bien, solucionar el día a  día, tener energía, disfrutar, en fin, VIVIR?
Aprendamos de los niños. Eso no nos quita nuestra adultez, no hablo de ser pueriles, inmaduros e infantiles. No, me refiero a recuperar a ese niño interior que habita en nosotros y que nunca debimos dejar atrás. Si observas a un niño, (de 2 ó 3 años), normalmente no para de jugar, y las acciones cotidianas, se las toma también como un juego. Por otro lado, después de un disgusto, como una caída, una regañina de mamá, por ejemplo, los niños suelen secarse las lágrimas, y a otra cosa. Eso  les ayuda a vivir. Deberíamos aprender de esta actitud.
Por otro lado, si observamos a personas adultas autorrealizadas, con un buen nivel de satisfacción con la propia vida, observamos que son personas que viven en el presente. Solucionan los problemas, y luego miran hacia otros asuntos, no se reconcomen, no dejan de dormir por no haber solucionado un problema.
Sé que esto no es fácil para la mayoría de la gente. También influyen los modelos que tienes en tu familia, cómo te han enseñado a situarte ante la vida, ante los demás.Y las creencias inconscientes, el pesimismo, el desánimo.
El mundo adulto, muchas veces se convierte en un mundo de obligaciones (laborales, familiares), de compromisos, de conveniencias, intereses, etc, que muchas veces no tiene en cuenta las necesidades de la persona.
Es necesario divertirse, cada persona tiene su propio estilo de hacerlo, es necesario averiguar cuál es el tuyo: escuchar música, leer, ver películas, cocinar por placer, coser, bordar, cuidar las flores, bailar, cantar, hacer manualidades, pasear, hacer senderismo, practicar deportes, etc
Cada persona debe buscar aquello que la desconecta de los problemas, que la relaja, la hace vibrar. No se puede vivir en un erial de obligaciones, no somos máquinas, somos seres creativos, con inquietudes, ilusiones.
Lo malo es cuando no lo sabemos, y queremos obligarnos a funcionar de una manera antinatural. Es bueno saber de qué pasta estamos hechos y buscar el estilo de cada uno. Algunas aficiones las conocemos, son de toda la vida, pero otras pueden haber cambiado, se  pueden descubrir algunas nuevas. Para eso, hay que probar, no tener prejuicios, y saber que tenemos derecho tanto a ser responsables en el día a día, como a ser felices y divertirnos.
Y aprovechando que estamos en verano.
¡A DIVERTIRSE!
                                                                                          Inocencia Castellano Herrera
                                                                                          Psicóloga
                                                                                          inocaster@gmail.com

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