jueves, 22 de agosto de 2013

LA ANSIEDAD





                                                         LA ANSIEDAD
 En un principio, la ansiedad puede ser una reacción positiva y natural que nuestro organismo pone en funcionamiento para defenderse ante una amenaza o simplemente para afrontar una situación difícil. Y es que, la ansiedad, como su compañero cercano, el dolor, es una alarma biológica que nos anuncia un problema, nos permite detectar de antemano circunstancias que pueden causarnos daño y tomar medidas para evitarlas
La ansiedad cumple una función de supervivencia de nuestra especie.

Por otro lado, es un ingrediente inevitable de nuestro día a día. Los agobios de dinero, los exámenes, las enfermedades, las contrariedades nos afectan.
La inmensa mayoría de las personas superamos las adversidades que nos plantea la vida y nos habituamos a ellas, incluso a las condiciones más extremas de inseguridad como los desastres naturales y las guerras.

 Sin embargo, algunos hombres y mujeres tienen perturbada la capacidad normal de adaptación, y como consecuencia, viven continuamente con niveles desmesurados de angustia que no corresponden a la peligrosidad real de las circunstancias. Aquí ya hablamos de ansiedad patológica o trastorno de ansiedad.
La ansiedad excesiva y persistente nos roba la felicidad y nos transforma en caracteres aprensivos, asustadizos, tímidos, obsesivamente preocupados con experiencias negativas y muy sensibles a las opiniones de los demás. Y es que el estado de alarma constante consume nuestro ánimo,  bloquea las emociones placenteras y nos encierra en un mundo amenazante que oprime, paraliza y estrecha nuestra vida.
En nuestra sociedad, la ansiedad es el trastorno psicológico más frecuente, seguido de la depresión y el abuso de alcohol y drogas.

Las causas de la ansiedad, como en otros trastornos, son variadas, desde causas biológicas de tipo constitucional, causas ambientales por una vida demasiado estresante y causas psicológicas.

Las causas psicológicas se refieren a las formas de enfrentar las situaciones, al estilo personal de concebir el mundo, a sí mismo y a los demás, y al estilo que se ha desarrollado para solucionar los problemas. Estas causas se dan a tres niveles: en el pensamiento, en la respuesta fisiológica y en el comportamiento.
Así, en una persona ansiosa, solemos encontrar un pensamiento caracterizado por: la preocupación, inseguridad, sentimiento de inferioridad, incapacidad de tomar decisiones, desorientación, olvidos frecuentes.
En cuanto a la respuesta fisiológica pueden aparecer: palpitaciones, pulso rápido, tensión arterial alterada, accesos de calor, sofoco, sudoración, náuseas, sensación de ahogo, etc…
En cuanto al comportamiento ansioso, se puede manifestar: evitar situaciones, tartamudeo, temblores, tics, hiperactividad o paralización, risas nerviosas, explosiones emocionales, comer en exceso o rechazar la comida, abuso de tabaco, alcohol, drogas, fármacos.



Hay varios tipos de trastornos de ansiedad: trastorno de pánico, agorafobia, fobias específicas, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo, estrés postraumático, ansiedad generalizada, por enfermedad médica, por abuso de sustancias, e inespecífica.
Seguiremos hablando de estos trastornos en posteriores artículos.

Afortunadamente, hoy en día existen tratamientos efectivos para manejar y reducir la ansiedad y el malestar que provoca. Me estoy refiriendo a una psicoterapia.
Aunque en algunos casos, es necesario tomar fármacos durante un tiempo y bajo control médico, éstos alivian pero no curan. Deben combinarse con una psicoterapia a través de la cual la persona aprenda otras formas de afrontar las dificultades, de verse a sí misma y a los demás.
Con ayuda del psicólogo, la persona va dando pasos que le mejoran la vida, le amplían los horizontes, le hacen ver y experimentar que es posible cambiar a cualquier edad si alguien le enseña cómo y le acompaña en el camino de la recuperación.

                                                                                          Inocencia Castellano Herrera
                                                                                          Psicóloga
                                                                                          inocaster@gmail.com




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