ACTITUDES Y BIENESTAR
PSICOLOGICO
Sabemos que tener problemas es intrínseco a la naturaleza
humana. Lo importante es la actitud ante los problemas, ésta es lo que
diferencia a una persona sana, equilibrada de otra que necesita ayuda
psicológica.
Se puede tomar una actitud positiva o negativa.
Con una actitud
positiva, se buscan soluciones a los problemas. Los que no tienen solución,
se aceptan. Esa es una buena actitud. (No pelearnos porque el agua está
mojada).
Y los que tienen solución, se analizan, viendo las posibles
soluciones y eligiendo la más eficaz, y en caso de error, volver a elegir otra
solución. Se trata de una actitud muy flexible y constructiva.
Con una actitud
negativa, la persona se bloquea y añade más dificultades al problema inicial.
Detrás de esta actitud, se encuentran algunas creencias irracionales o distorsiones
cognitivas que se han ido adquiriendo durante el desarrollo de la persona.
Entre estas creencias se encuentran:
“No hago nada bien”.
“Soy un inútil”.
“Si esta persona no me quiere, es horrible”.
“Si no logro el éxito, es una catástrofe”.
“Seguro que voy a fracasar”.
“Todo me sale mal”.
“Nadie me quiere”,…
Estas creencias tienen que ver con el concepto de sí mismo,
de los demás y del futuro.
Son ideas negativas arraigadas, apabullan a la persona, son
muy destructivas, teniendo como resultado estados de ansiedad, bajo estado de
ánimo, inseguridad en la vida, y dificultades en las relaciones personales.
Se trata de esquemas
mentales que se van fraguando desde la infancia, a través de la educación
recibida por los padres y de la interpretación que hace la persona de sus
experiencias.
Estos esquemas llegan a convertirse en una “segunda piel”,
de tal forma que la persona cree que siempre ha sido así, que es su forma de
ser. Pero no es su auténtica forma de ser. Es un filtro mental a través del cual interpreta la realidad. Y
condiciona bastante las siguientes experiencias.
Así si una persona está convencida de que este mundo es una
selva, y la gente en general es malvada, su misma actitud desconfiada, le
llevará a reafirmarse, pues a la buena gente ni la ve y a la mala: “ya te lo
decía yo”.
Por otro lado, a otra persona, que le parece natural que la
quieran y la respeten, lo más probable es que lo encontrará y no tendrá a su
lado a personas abusadoras, que abusen de ella, y si las encuentra se apartará
de ellas o no permitirá tal abuso.
Una característica de estos esquemas mentales es que son
automáticos, podríamos decir que casi inconscientes. A veces ni nos damos
cuenta de que estamos pensando de esa manera, bajo ese esquema mental.
Sé que a muchas personas les puede parecer que esto es muy
bonito pero muy difícil.
Reconozco que no es fácil, pero se empieza por adquirir
conciencia. Todo lo que no es consciente nos domina, tendiendo a repetir el
mismo error una y otra vez. Tomar conciencia es el primer paso para iniciar
otro camino, ver otras alternativas, cuestionarnos la forma en que vemos las
cosas.
A través de la psicoterapia,
nos hacemos conscientes de esas formas de pensar, esas actitudes, esa forma de
ir por la vida. Con el trabajo psicológico, empezamos a cuestionar lo absurdo
de esas creencias, lo dañinas que son y elaboramos otra forma de pensar más
realista y constructiva, a nuestro favor y no en nuestra contra.
Inocencia Castellano Herrera
Psicóloga
inocaster@gmail.com
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